CONFIDENCIAS DE JESÚS A UN SACERDOTE. Monseñor Ottavio Michelini
SOY HOMBRE
PECADOR
Te creo, oh Jesús mío, Uno, con
el Padre y con el Espíritu Santo en la Unidad de naturaleza, esencia y de
voluntad y en la Trinidad de personas.
Jesús, tómame de la mano y arrástrame
donde, como y cuando quieras Tú. Sé en mí fermento de transformación
sobrenatural, de purificación, día y noche pero especialmente en la Santa
Misa.
Jesús mío, ¡acéptame como soy para
volverme como Tú quisieras que yo fuera! Enséñame tus caminos y condúceme por
ellos.
Jesús, sé Tú quien dirija mis pasos en
la realización de tu Voluntad. Revélame, oh Señor, tus pensamientos y tus
deseos, y ayúdame a ponerlos en práctica en la vida de cada día.
Sé }tú, oh Jesús, en mí en le creer y
en esperar, en amar y confiar; se Tú en mí en el callar y aceptar, en el sufrir
y ofrecer. Sé Tú en mí en el rezar y adorar, en el hablar, en el vivir en
mí.
Jesús mío, auméntame sin límites la fe,
la esperanza la caridad; acrecienta ilimitadamente la sabiduría, la justicia y
la fortaleza, la piedad, el temor de Dios y la templanza.
Jesús, dame sin medida la seguridad y
la confianza, la humildad y el arrepentimiento, el abandono y el espíritu de de
mortificación y de obediencia, de pobreza y de pureza.
Revive en mí, o Jesús, tu paciencia y
mansedumbre, tu clemencia. Jesús mío, ten piedad de mí: soy hombre
pecador.
AMARTE SIN
LÍMITES
Señor soy menos que gusano, un
puñado de polvo, Dios mío soy solamente pecado.
De Tí he recibido todo: de Tí la vida,
la gracia y la luz. Tú solo eres Grande, eres el Santo, Tú el Omnipotente y el
Omnisciente; Tú solo el Omnipresente.
Señor, si yo te amo es porque Tú me has
dado el amor.
Si yo espero en Tí es porque me has
dado la esperanza.
Señor, si yo creo en Ti es porque Tú me
has dado la fe, Señor mío Tú eres el Todo, yo la nada; Tu la Luz, yo las
tinieblas; Tú La vida, yo la muerte; Tú la Verdad, yo el error. Señor yo soy la
necedad, Tú eres la Sabiduría.
Dios mío, has puesto desde la eternidad
tu mirada misericordiosa en mí, que soy como un gusano que se arrastra en el
polvo.
Ven, Oh Jesús mío, con el Padre y el
Espíritu Santo, ven a tu "gotita de agua que cae hacia abajo", Ella te quiere
amar sin límites y sin limitaciones pero no podrá si Tú no vienes a ella. Sé
por tanto Tú el alma de mi alma, dame tu Espíritu que es fuego que arde y que
transforma, que ilumina y calienta, que purifica y vivifica.
Sé Tú el alma de mi corazón, de mi
cuerpo, de toda mi vida. Sólo así, Jesús, puedo amarte verdaderamente sin
límites.
Así quiero amarte por el tiempo que no
te he amado, por aquellos que desde el principio no te han amado, por quien
actualmente no te ama y por los que no te amarán hasta la consumación de los
siglos; te quiero amar por los condenados que te odiarán por la
eternidad.
Corazón misericordioso de Jesús, ten
piedad de mí. Soy un hombre pecador.
AMIGOS DEL SANTÍSIMO
SACRAMENTO
"Hijo mío, escribe:
Yo, Jesús, quiero una institución que
desarrolle de todas las maneras la fe, la devoción, amor y el culto a Mí,
realmente presente en el Misterio de fe y de amor por excelencia, la
Eucaristía.
1. A esta Pía Unión podrán adherirse
todos, niños y niñas, muchachos y muchachas, hombres y mujeres sin
discriminación de edad.
2. Su finalidad es la de favorecer en
si mismos y en los demás, en todas las formas aprobadas por la Iglesia, la fe y
el amor a Mí, realmente presente en el Misterio Eucarístico.
3. Su objetivo es:
-La visita diaria a Mí en la Iglesia, o
al menos una visita y comunión espiritual hecha en casa si no es posible ir a la
iglesia.
-La Santa Comunión (al menos)
semanal.
La hora de adoración al menos
mensual.
La reunión una vez al mes.
Es bueno tener un pequeño registro con
el nombre de los que se adhieren.
5. Es función del Párroco o quien haga
las veces, la dirección del grupo y el desarrollo de las catequesis de la
Eucaristía en las reuniones, y estimular, con el ejemplo y con la palabra, el
amor a Mí en el Santísimo Sacramento.
Esta Pía Unión será llamada: "Amigos
del Santísimo Sacramento".
Yo, Jesús, deseo vivamente esto; no se
pierda tiempo"
Algunos sacerdotes han acogido ya la
invitación (3 Diciembre 1975) y algunas asociaciones, en el silencio y el
fervor, están ya germinando.
Se tenga presente que:
La Pía Unión será dirigida por un
consejo formado por el Director, un secretario, un tesorero (para las ofrendas
que puedan venir; no se moleste sin embargo ninguno en pedir) y por dos o tres
consejeros, nombrados por la asamblea de los adherentes.
El tema de las reuniones será siempre y
solamente eucarístico, además de las propuestas y discusiones sobre los medios
más convenientes para hacer vivir la Pía Unión.
Satanás no quiere ciertamente esta Pía
Unión y no faltará de crear obstáculos. Hace falta resistir y contraatacar,
quemando etapas con la oración, especialmente con el Rosario.
Jesús (y con Él la Madre Celeste) mira
con complacencia a todos aquellos que tomen seriamente a pecho Su invitación.
Esta Pía Unión no es más que una actualización de las Confraternidades del
Santísimo Sacramento.
CONFIDENCIAS DE JESÚS A UN SACERDOTE. (Monseñor Ottavio Michelini)
Hijo, te he dicho repetidamente que Yo soy el Amor, donde
hay amor estoy Yo.
Yo Soy el Amor Infinito, Eterno, Increado, venido a la
tierra a reconciliar y por consiguiente reunir con Dios a la humanidad arrancada
del odio.
El amor por su naturaleza tiende a la unión, como el odio
por su naturaleza tiende a la división. Nosotros somos Tres, pero el Amor
Infinito nos une íntimamente en Uno solo, en una sola naturaleza, esencia y
voluntad. El amor me ha llevado a Mí, Verbo eterno de Dios hecho carne, a
inmolarme a fin de que se diese a todo hombre la posibilidad de unirse en Mí a
Dios, y formar Conmigo una sola cosa, como Yo soy una sola cosa con mi Padre que
me ha enviado.
Hijo, desde hace más de cien años el Materialismo como
sombra oscura y densa, envuelve buena parte de la humanidad.
Él ha ofuscado también en mi Cuerpo Místico, esto en el
alma de muchos fieles y sacerdotes, el dogma de la Comunión de los Santos que es
una realidad espiritual grandiosa, viva, verdadera y operante en Cielo y
tierra.
No hay términos aptos para explicar su grandeza, potencia
y actuación vibrante de amor y de vida. No hay palabras en vuestro lenguaje,
aptas para hacer comprender el invisible, misterioso intercambio que encuentra
su centro en mi Corazón misericordioso.
Pocas son las almas que han comprendido, y pocos son
también los sacerdotes que, además de creer abstractamente, viven activamente en
esta Comunión con los bienaventurados comprensores del Paraíso, con las almas en
espera en el Purgatorio y con los hermanos militantes en la tierra.
La muerte, contrariamente a los prejuicios con respecto a
ella, no pone fin a la actividad de las almas. La muerte que, con palabra más
precisa deberiais llamar "tránsito", es un pasar del tiempo a la eternidad, que
no es poner fin a la actividad del alma, sea en el bien, sea en el
mal.
LA FAMILIA DE DIOS.
En cualquier familia ordenada en el amor, cada miembro
que la constituye, concurre al bien común en un intercambio de bienes dados y
recibidos en una comunión armoniosa.
En un grado con mucho superior, así es en la gran Familia
de todos los hijos de Dios: militantes en la tierra, en espera en el Purgatorio
y bienaventurados en el Paraíso.
Por tanto es necesario, con el fin de volver cada vez más
rica de frutos divinos la fe en esta Realidad divina y humana, brotada de mi
inmolación en la Cruz, tener sobre ella ideas precisas.
Se debe:
1) Creer firmemente en le dogma de la Comunión de los
Santos.
2) Cuando se habla de la familia de los hijos de Dios,
los sacerdotes deben dejar bien claro que a esta familia pertenecen los
peregrinos en la tierra, las almas en espera en el Purgatorio y los justos del
Paraíso, esto es los santos.
3) Los sacerdotes (muchos de los cuales ponen el acento
casi exclusivamente en las cuestiones sociales en favor de los hermanos
militantes, deplorando con razón las injusticias perpetradas) olvidan casi
siempre las injusticias más graves hechas en perjuicio de los hermanos que están
en el Purgatorio.
Para tal gravísima omisión se necesita o no creer en el
Purgatorio o no creer en el tremendo sufrimiento al que las almas purgantes
están sometidas.
La necesidad de ayuda de las almas en espera es bastante
más grande que la de la criatura humana que más sufre en la
tierra.
El deber en fin de caridad y de justicia hacia las almas
en pena es mas acuciante para vosotros en cuanto que, no raras veces, hay allí
almas purgantes que sufren por culpa de vuestros malos ejemplos, porque habéis
sido cómplices con ellas en el mal o en cualquier forma ocasión de
pecado.
Si la fe no es operante, no es fe.
ORACIÓN DE MONSEÑOR OCTTAVIO
MICHELINI
SOY UN HOMBRE PECADOR
Te creo, oh Jesús mío, Uno, con el Padre y con el
Espíritu Santo en la Unidad de naturaleza, esencia y de voluntad y en la
Trinidad de personas.
Jesús, dame una correspondencia sensibilísima e
inmediata, generosa, valerosa y perseverante.
Jesús, tómame de la mano y arrástrame donde, como y
cuando quieras Tú. Sé en mí fermento de transformación sobrenatural, de
purificación, día y noche pero especialmente en la Santa Misa.
Jesús mío, ¡acéptame como soy para volverme como Tu
quisieras que yo fuera! Enséñame tus caminos y condúceme por ellos. Jesús, sé Tú
quien dirija mis pasos en la realización de tu Voluntad.
Revélame, oh Señor, tus pensamientos y tus deseos, y
ayúdame a ponerlos en práctica en la vida de cada día. Sé Tú, oh Jesús, en mí en
el creer y en esperar, en amar y confiar; se Tú en mí en el callar y aceptar, en
el sufrir y ofrecer. Sé Tú en mí en el rezar y adorar, en el hablar, en el vivir
en mí.
Jesús mío, auméntame sin límites la fe, la esperanza, la
caridad; acrecienta ilimitadamente la sabiduría, la justicia y la fortaleza, la
piedad, el temor de Dios y la templanza.
Jesús, dame sin medida la seguridad y la confianza, la
humildad y el arrepentimiento, el abandono y el espirita de mortificación y de
obediencia, de pobreza y de pureza. Revive en mí, o Jesús, tu paciencia y
mansedumbre, tu clemencia.
Jesús mío, ten piedad de mí: soy un hombre
pecador.
QUEJAS DE JESÚS SOBRE LA CONFESIÓN.
A MONSEÑOR OTTAVIO MICHELINI
1. JUECES DE CONCIENCIAS (CONTRADICCIONES EN LA PASTORAL)
Eso lo saben ellos y lo saben también muchos
confesores que continúan absolviendo todo y a todos. Por la mañana Santa
Comunión, que al fin no es santa, por la tarde se frecuentan bailes, lugares y
encuentros en los que la exaltación de la sensualidad es ley.
Los adúlteros se confiesan ya con la seguridad
de que no faltará el sacerdote siempre pronto a absolverles. Se han olvidado las
palabras claras y precisas "Nolite ponere margaritas ante porcos". Se ha
olvidado que los Sacramentos son los frutos preciosos de mi Redención.
Se han olvidado las palabras con las que Yo,
Salvador y Liberador, he conferido a mis Apóstoles y a su Sucesores el poder de
perdonar o retener los pecados.
Se han olvidado muchos sacerdotes de que han
sido constituidos jueces de las conciencias. Y es función del juez, en el
ejercicio de su profesión, el indagar sobre los delitos, sobre la entidad de los
delitos.
La facilonería con que se absuelve siempre todo
y a todos no responde al designio de mi Misericordia sino a un plan de Satanás.
Transformar los medios de salvación en medios de condenación, y desacreditar el
valor infinito de la Gracia y de los medios por Mí queridos para
distribuirla.
Te he hablado de Misas sacrílegas, ahora te
digo que a las Misas puedes añadir las Confesiones sacrílegas, a veces
doblemente sacrílegas. De las Comuniones sacrílegas he aquí, hijo, dónde están
las raíces. Este laxismo que vuelve indiferenciable lo lícito de lo ilícito, el
bien del mal, ¿dónde tiene sus raíces? He aquí por qué urge la revisión sin
vacilaciones.
La anarquía ha entrado sin oposición, del
externo también al foro interno por lo que algunos sacerdotes se hacen autores
de nuevas doctrinas y de una nueva moral que todo admite y que todo
aprueba.
Las consecuencias son por sí mismas
comprensibles: para muchos sacerdotes el sexto y el noveno Mandamientos no
tienen ya razón de ser. Esto es suma soberbia, esto es quererse sustituir a
Dios, esto es no creer en Dios, esto es no creer en la Omnipotencia,
Omnisciencia y Omnipresencia de Dios.
Satanás a continuación induce a sacerdotes a
que repitan su pecado de soberbia y de desobediencia. Él ha encontrado aliados
fieles en mi Iglesia, induciéndoles a hacerse colaboradores suyos en la obra de
desmantelamiento.
Pero Satanás y estos sus colaboradores ¿ignoran
tal vez mis palabras que no cambian: "Yo estaré con vosotros hasta la
consumación de los tiempos y las puertas del Infierno no prevalecerán"?
¡Mi Iglesia será purificada, será liberada mi
Iglesia!
Lo exige mi amor por ella, lo exige la
justicia, lo exige mi Misericordia. De esto no se tiene la apropiada
visión.
2.
INSTRUMENTO DE PERDICIÓN
Confesiones sacrílegas
Yo te he dicho, hablando de la Confesión, que
el modo en que se administra este Sacramento no responde del todo a un plan de
mi Misericordia y de mi Amor sino más bien a un perverso designio del
Maligno.
El no ha dejado nada sin intentar por
transformar este Sacramento, medio de resurrección y de vida, en un mortífero
instrumento de perdición, oscureciendo él, Príncipe de las tinieblas, este
precioso fruto de mi Redención.
Te he dicho en un reciente mensaje, que he
constituido a mis sacerdotes en jueces de las conciencias. ¿Cómo?... ¿No soy Yo
el Eterno Sacerdote?...
Cuando vosotros, llamados por Mí, os
habéis consagrado a Mí, Yo os he participado a vosotros mi Sacerdocio, o sea, os
he llamado a formar parte de mi Sacerdocio, como en su tanto participo a las
almas (con los otros Sacramentos) mi Vida sobrenatural.
Pero Yo soy el Ser infinitamente simple: no hay
en Mí atributos o perfecciones distintas. Yo soy el Ser infinitamente perfecto,
y en Mí están todas las perfecciones.
Yo soy el Eterno Sacerdote, Yo soy el
Eterno Juez. Soy el Eterno Amor y la Eterna Justicia, soy la Eterna
Misericordia.
A Mí, Juez está reservado el juicio particular
de todo hombre, juicio sin apelación, irrevocable que tendrá su conclusión final
con el juicio universal, y esto sea para la humanidad o sea para la naturaleña
angélica.
Yo, el Juez infinitamente justo, juñgo a cada
hombre con justicia. Ser jueñ quiere decir absolver o condenar con justicia las
culpas de quien ha pecado.
Todo sacerdote debe ser juez recto, justo e
imparcial. Este poder no es de ellos sino de Mí, Eterno Jueñ.
Muchísimos ejercitan este poder como si fuese
de ellos; administran este poder sobrenatural con una facilidad e inconsciencia
que hace estremecer a quien tiene un poquito de sensibilidad espiritual.
Se ayuda a los penitentes a encontrar todas
las justificaciones posibles a sus pecados, concluyendo que la misericordia de
Dios es grande.
Confesiones sacrílegas
La Misericordia de Dios no es solo grande sino
que es infinita, pero esto no autoriña a ninguno a abusar de ella en un modo
tan vergonzoso.
Es importante, hijo, y por eso te repito esta
cosa: "¡No os volváis de administradores de la justicia divina, en cómplices del
demonio, de instrumentos de salvación, en instrumentos de perdición!".
De Dios no se puede uno reír impunemente. Las
palabras con las que Yo he instituido este medio de salvación, son de
una claridad inequívoca: Perdonar o retener los pecados.
No puede haber Confesión válida sin
arrepentimiento sincero, no puede haber arrepentimiento sincero sin un serio y
eficañ propósito de no querer pecar más.
Muchas Confesiones son nulas. Muchas son
dos veces sacrílegas. Quien se confiesa sin tener las disposiciones requeridas y
quien absuelve sin cerciorarse que las requeridas disposiciones existan, profana
el sacramento y comete un sacrilegio.
Envilece este prodigioso medio de
salvación, transmutarlo en medio de perdición, aquel sacerdote que se hace
cómplice del malvado designio de Satanás. No busca a Dios ni el bien de las
almas, sino se busca a sí mismo y es en verdad terrible anteponer a sí mismo a
Dios.
—Entonces Señor...
Sí, hijo mío, no estúpido rigor, sino rectitud
y justicia.
¿Porqué habría dicho a los Apóstoles y a
sus sucesores: "Andad, y a todos aquellos a quienes perdonareis los pecados les
serán perdonados y a quienes se los retuviereis les serán retenidos?” Es
evidente que con estas palabras se les pide un serio y equilibrado juicio que
no admite compromisos con ninguno, ni con la propia conciencia, ni con el
penitente y mucho menos Conmigo.
Ya nada es pecado
Muchas cosas, hijo mío, voluntariamente las repito para imprimir mejor en el alma de mis sacerdotes este punto focal de la pastoral actual. Sí, se absuelve todo y a todos sin ninguna discriminación.
Para muchos sacerdotes es además tan fácil absolver, porque ya nada es pecado... La pureza ya no es una virtud; la paternidad responsable, que justamente entendida es cosa buena, se ha vuelto motivo de todas las licencias en las relaciones matrimoniales.
Bajo el pretexto de favorecer la cultura se autorizan las lecturas más perjudiciales en las que los gérmenes de la lujuria y de los errores filosóficos y teológicos se arrojan sin parsimonia.
Hoy todo está basado en el fraude, en el hurto; la justicia exige que el confesor se asegure del serio, eficaz propósito de restituir lo quitado. Muchísimas veces, ni siquiera se advierte al penitente de este estricto deber.
En nombre del progreso, para convencer al penitente que el confesor es hombre moderno a la altura de los tiempos se cierran ambos los dos ojos.
Estas cosas se pasan por alto por quien tiene la responsabilidad de combatir el mal desde sus raíces, siempre, en todas partes y sin descanso para no ser superados (como en verdad lo seréis) en esta oscura y tremenda hora que estáis a punto de vivir.
Te bendigo y Conmigo te bendicen la Madre y San José.
Muchas cosas, hijo mío, voluntariamente las repito para imprimir mejor en el alma de mis sacerdotes este punto focal de la pastoral actual. Sí, se absuelve todo y a todos sin ninguna discriminación.
Para muchos sacerdotes es además tan fácil absolver, porque ya nada es pecado... La pureza ya no es una virtud; la paternidad responsable, que justamente entendida es cosa buena, se ha vuelto motivo de todas las licencias en las relaciones matrimoniales.
Bajo el pretexto de favorecer la cultura se autorizan las lecturas más perjudiciales en las que los gérmenes de la lujuria y de los errores filosóficos y teológicos se arrojan sin parsimonia.
Hoy todo está basado en el fraude, en el hurto; la justicia exige que el confesor se asegure del serio, eficaz propósito de restituir lo quitado. Muchísimas veces, ni siquiera se advierte al penitente de este estricto deber.
En nombre del progreso, para convencer al penitente que el confesor es hombre moderno a la altura de los tiempos se cierran ambos los dos ojos.
Estas cosas se pasan por alto por quien tiene la responsabilidad de combatir el mal desde sus raíces, siempre, en todas partes y sin descanso para no ser superados (como en verdad lo seréis) en esta oscura y tremenda hora que estáis a punto de vivir.
Te bendigo y Conmigo te bendicen la Madre y San José.
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MENSAJES DE JESÚS A LA VIDENTE
CONCEPCIÓN CABRERA DE ARMIDA
3. DEL ABUSO EN LOS CONFESONARIOS
“Otro punto muy importante, en el que mucho sufre mi Corazón, es en el de los confesonarios.
Muchos confesonarios sirven para comercios infames, y para activar malas pasiones. Se cubre con lo santo, con lo que debiera ser intachable, muchos crímenes nefandos, muchas citas no santas y se concertan atrocidades de horribles consecuencias para la Iglesia y para las almas.
Se toman también los confesonarios como instrumentos para cariños humanos, para alabanzas mutuas, se sostienen almas que buscan al confesor y no a Mí en ellos: manchan este lugar sagrado con chanzas y conversaciones nada dignas de ese santo lugar.
Pero mi mayor pena, en este Sacramento purificador y santo, es cuando sacerdotes indignos, manchados toman a la Trinidad Santísima para absolver los pecados, y por este Poder, conferido al sacerdote, se borran esos pecados confesados con las disposiciones debidas; pero en el sacerdote manchado que absuelve, queda el horrible pecado mortal duplicado.
El sacerdote indigno que me representa, peca al tomar lo sagrado; y abusa del sacramento, en este sentido, de tomar el poder que le he conferido en labios, en manos y en corazón manchado.
Éste es otro suplicio, entre tantos que sufro en mi Iglesia, que soporto en silencio sin retirar mi poder; ¡el poder de todo un Dios!, como es el de perdonar el sacerdote los pecados, representándome.
Abre el cielo a las almas, el sacerdote indigno y se lo cierra él; perdona, en mi Nombre bendito, el que no pide perdón al cielo.
Abusa de mi confianza, y si éste es un crimen aun tratándose en lo humano, pues ¿qué será tratándose de lo divino, de lo que me costó la Sangre y la Vida?
Cada sacramento me costó la Sangre y la Vida, y en cada absolución el sacerdote toma Sangre, la Sangre del Cordero, para borrar los pecados. Pero que toquen mi Sangre manos impuras, me horroriza.
Y Yo, callo; y Yo sigo obrando y cumpliendo mi palabra en la Iglesia: y Yo me dejo manejar en mis Sacramentos de manos indignas, de corazones descarriados, de ministros humanizados hasta los tuétanos.
¿Cómo aconsejar pureza el que no la tiene; prodigalidad el que es avaro, paciencia el iracundo, humildad el soberbio, etc.?
Espejos donde los fieles se miren deben ser mis sacerdotes, pero ¡cuántas veces las almas no ven en ellos sino intolerables defectos en su dignidad, y hasta pecados en sus inicuos procederes!
¡Pidan por mis sacerdotes culpables! Pidan luz para que considerando profundamente mi papel, siempre de Víctima, se compadezcan ellos de Mí; ¡siquiera mis sacerdotes que deben ser mi corona, que no agreguen hiel a la que me dan los mundanos!”
4. PELIGROS EN LA DIRECCIÓN ESPIRITUAL
“Un gancho de Satanás para los sacerdotes es que cuando encuentran almas perfectas se les pegan interiormente con el santo pretexto, aunque interior, de aprender de ellas, de que Yo les comunique algo por su conducto.
Muy peligroso es este camino. Cierto es que hay almas más santas que las de algunos sacerdotes; cierto que tienen que aprender de ellas; pero de esto, a encariñarse con ellas, hay un paso y el sacerdote y la dirigida deben estar muy alertas en su corazón y tenerlo a raya y aumentar su oración y tocar el sacerdote muy sobrenaturalmente a aquella alma, porque ¡cuánta tierra se mezcla con lo divino!
¡Cómo Satanás ofusca en este delicado punto y hace ver lo no recto con todos los visos de que lo es!
Y así comienzan muchas direcciones y confesiones que al jugar con fuego llegan, cuantas veces, a quemarse!
Mucha gloria que me quitan los sacerdotes en las almas cuando se quedan ellos como fin y no como medios que las conduzcan a Mí. Cuidado con robarme corazones, cuidado con entibiar el fervor en las almas por dejar mezclarse la tierra.
Muchas espinas tiene mi Corazón en este punto de poner en las almas tierra, atoramientos con el confesor, cariños que si no manchan, empolvan y quitan el brillo humanizando.
Claro está, que los confesores y directores deben tener cierto atractivo santo y espiritual para con las almas; pero en su deber, en su rectitud, y hasta en su talento debe estar muy clara la raya que separe lo humano de lo divino, lo divino de lo humano.
En el sacerdote está el poner un ‘hasta aquí’ y no dejar pasar de ahí los corazones; le propio y los ajenos. Sólo Yo, sólo en Espíritu Santo tiene derecho absoluto, campo abierto para con las almas. ¡Cuidado, repito, con engañarse!
Este campo, ordinario y extraordinario, como les digo, tiene innumerables peligros que dan acceso a que Satanás coseche frutos para él, y con pinzas se deben manejar a las almas y, sobre todo, con la coraza de mucha oración, de mucha pureza de alma, y de ayuda del Espíritu Santo.
Tiene forzosamente los sacerdotes que recorrer esta senda de confesonario, y muchos, de direcciones espirituales; es su deber, pero espinoso deber, erizado camino en el que tienen que poner sus plantas sin lastimarse ni lastimarme.
Con estudios serios del caso, con cierta experiencia y astucia, con santidad personal y vida de unión con Dios, se pueden manejar a las almas y llevarlas directamente a Mí sin temor.
Estas cualidades deben tener los confesores y los directores sobre todo. Conocimiento práctico de la vida interior; conocimiento práctico del corazón humano, y mucho Espíritu Santo que sea el velo, el intermedio entre el confesor y la confesada, entre el director y la dirigida.
¿Cómo dar a Dios, quien no tiene a Dios y en los grados que debiera tener a Dios?
¿Cómo tocar las profundidades de un alma pura, el que no ve más que la superficie de la vida espiritual?
¿Cómo internarse en regiones intrincadas, en las que el Espíritu Santo y Satanás se disputan el puesto, los directores que solo conocer la corteza de las almas?
¿Cómo conocer los engaños del demonio y sus astutas redes y la sutileza de sus procederes, ¡Tantos!, los que no tienen la luz de lo alto, la del Espíritu Santo?
¿Cómo dirigir acertadamente los que no tienen el don de consejo ni lo han pedido ni se han hecho capaces, no digo dignos de recibirlo?
¿Cómo conducir un ciego, un miope en la vida espiritual, a las almas que se le confían?
Mucho tengo que lamentar en este punto capital de las almas en el que mis sacerdotes, muchos, se dan de cabezazos y no aciertan ni a comprender ni ha llegar al fondo de los corazones ni a discernir en los espíritus el trabajo del demonio ni en el Espíritu Santo.
Y por esto, ¡cuántos designios de Dios en las almas se quedan truncos, cuánta vida espiritual se pierde y muere por culpa de mis sacerdotes!, por su falta de estudios, por su falta de virtud, de oración, de vida interior y de trato íntimo Conmigo, de luz, de Espíritu Santo. Y al tocar este punto del Espíritu Santo, diré que lo contristan mis sacerdotes muy frecuentemente en muchas cosas: en adelantarse a su acción en las almas al abrogarse derechos que no tienen, en querer ser más que Él, en cierto sentido, por no esperar que obre en los corazones y atropellar su acción, quitar sus derechos, disponer de los corazones como si no tuvieran un Dueño superior que las gobierne y las rige.
El papel del director es ir detrás del Espíritu Santo y no adelantarse a Él. Es pedirle sus dones y vivir subordinado a su acción en él y en las almas; es vivirlo y respirarlo, ser su nido, tener su luz, y vivir una vida toda sobrenatural y divina.
No todos los sacerdotes pueden ser directores si no tienen las condiciones para ello, porque se hacen acreedores a muchos fracasos; pero si, todos los sacerdotes deben procurar serlo para mi servicio íntimo en las almas, pero con las condiciones dichas.
Muy difícil es ser un buen director espiritual, prudente y santo, pero no cuando Yo ayudo, cuando se tiene gracia de estado, virtud y Espíritu Santo.
La vida mística se detiene por falta de directores santos y esto es una merma para los fines de mi Iglesia, ¡pero se desarrollará bajo estas condiciones y dará grande gloria a la Trinidad!”
CONFIDENCIAS DE JESÚS A UN SACERDOTE, Monseñor Ottavio Michelini.
EXAMEN DE CONCIENCIA.
La
gravedad de la situación impone un plan válido para todos, para llevarse a la
práctica por todos al vértice y a la base, con obligado examen de conciencia que
lleve a las siguientes conclusiones.
-¿Estamos convencidos de la necesidad de
revisar seriamente la concepción sobre la que está basada nuestra vida? ¿Es vida
integralmente cristiana? ¿O del todo pagana?
¿Estamos dispuestos a elaborar un nuevo plan de
vida interior? ¿Un nuevo modo de vivir nuestra fe, la esperanza, la caridad, la
vida de gracia?
¿Estamos dispuestos a hacer lo que hacen tantos
hombres con laborioso empeño, para adiestrarnos contra las fuerzas del Mal con
una verdadera cruzada de oración y de penitencia?
¿Estamos dispuestos a hacer callar los tumultos
que se levantan en torno a nosotros (y son tantos) para escuchar en el silencio
y en el recogimiento las invitaciones que nos vienen de lo Alto, para ayudarnos
a conjurar los peligros que nos dominan?
¿Estamos dispuestos a retornar a una devoción
sincera, a la Madre de Jesús y Madre nuestra? ¿A acoger su llamada a la
mortificación y a la penitencia?
¿Estamos dispuestos a un regreso sincero y vivo
a Jesús Eucaristía?
Si mis Sacerdotes, TAN OCUPADOS EN TANTAS
ACTIVIDADES, quieren ser objetivos, deben admitir que NO OBSTANTE SU FEBRIL
TRABAJO, NO OFRECEN YA, SALVO EXCEPCIONES, MOTIVOS DE CREDIBILIDAD.¿Se han
secado quizá las fuentes de la Gracia? ¡No! Mi Corazón misericordioso está
siempre abierto.
En sí mismos deben volver a buscar las causas.
Se necesita poner la segur a la raíz, QUIERO DECIR QUE URGE QUE CAMBIES LA RUTA
PRIMERO VOSOTROS SACERDOTES, SI QUERÉIS QUE EL GRUESO DEL EJÉRCITO OS
SIGA.
Para esto sí que vale la pena de encontrarse y
en una leal y sincera fraternidad elaborar un nuevo plan de reforma espiritual.
¿NO ES ESTO AL FIN LO QUE OS PIDE EL CONCILIO?
Vida de gracia, unidad y obediencia, fin de la
anarquìa, lucha contra el demonio y contra el mal de descender a compromisos,
son los grandes temas que verdaderamente hay que profundizar, en el vértice y en
la base.
¿Qué se espera todavía para hacerlo?
Miedo, vergûenza, respeto humano, apego a una
vida còmoda... ¡Convertìos, convertíos! No os de miedo ni os escandalice esta
invitación.
Yo y mi Madre, que tanto os amamos, estaremos a
vuestro lado. Se trata de la salvación de vuestra alma y de aquellas que se os
han confiado.
Hijo, te bendigo; ámame.
CONFIDENCIAS DE JESÚS A UN SACERDOTE. (Monseñor Ottavio Michelini)
LA VIDA CONTINÚA.
Hijo mío, se necesita hacer entender con claridad
que la vida continúa después de la tumba. Todos aquellos que os han precedido en
el signo de la fe, sea que estén en el Purgatorio o ya en el Paraíso, todavía os
aman con amor mas puro, más vivo y más grande.
están animados por un gran deseo de ayudarlos a superar
las duras pruebas de la vida para que alcancéis, como ellos ya han alcanzado, el
gran punto de llegada, el fin de la vida misma.
Ellos conocen ya muy bien todos los peligros que acechan
a vuestras almas. Pero su ayuda con respecto a vosotros, está condicionada en
buena medida por vuestra fe y vuestra libre voluntad para acercaros a ellos con
la oración y con la confianza en su eficacísimo patrocinio ante Dios y la Virgen
Santísima.
Si los sacerdotes y los fieles están animados de vivísima
fe, conscientes de los inagotables recursos de gracias, de ayudas y de dones que
pueden obtener de este Dogma de la Comunión de los Santos, verán centuplicado su
poder sobre las fuerzas del Mal.
Yo he dotado a mi gran Familia de riqueza y potencia
insondable y la robustezco con la fuerza invencible de un Amor infinito y
eterno.
RECURSOS INUTILIZADOS.
Mis sacerdotes instruyen a los fieles con palabras
simples y claras, diciendo que vuestros hermanos que han cumplido ya en la
tierra el periplo de su vida temporal, no están divididos de nosotros, no están
lejanos de vosotros.
Decid también que no están inertes y pasivos a vuestro
respecto sino que, en un nuevo estado de vida más perfecta que la vuestra, os
están cercanos, os aman. Ellos toman parte, en medida de la perfección
alcanzada, en todas las vicisitudes de Mi Cuerpo Místico.
Os repito que ellos no pueden descartar vuestra libertad
pero, si son solicitados por vuestra fe y por vuestras invocaciones , os están y
estarán cada vez más cercanos en la lucha contra el Maligno. Os miran, os
siguen e intervienen en la medida determinada por vuestra fe y por vuestra libre
voluntad.
Hijo mío, ¡Qué inmensos tesoros ha predispuesto mi Padre
para vosotros! ¡Cuán inmensos recursos inutilizados! ¡Cuántas posibilidades de
bien dejadas caer en el vacío!
Se afirma creer, pero no hay más que un mínimo de coherencia con la fe en la que se dice creer.
Te bendigo. ¡Ámame!
REMEDIOS ESPIRITUALES.
- Señor, a mí me parece que hay tantas iniciativas y
actividades en acción en tu Iglesia, precisamente para contener el
mal.
Hijo mío, no faltan actividades e iniciativas, estudios y
encuentros; hasta demasiados hay de eso. Pero te he dicho que urge poner la
segur a la raíz, lo que quiere decir tener el valor de buscar las causas
verdaderas de esta derrota del mundo cristiano de hoy.
El Concilio ha indicado estas causas, pero poquísimos las
han tomado en serio. La mayoría con diabólica insensatez, han tomado el apunte
para generar confusión y anarquía en Mi Cuerpo Místico, entre mis soldados,
entre mis fieles. Los remedios para eliminar las causas de tantos males
espirituales no pueden ser sino espirituales. Es obvio, los remedios os los he
indicado con los luminosos ejemplos de mi vida, pasión y muerte.
El primer remedio, fundamental y seguro es la auténtica
conversión. Ninguno debe maravillarse, ni los fieles ni mucho menos los
sacerdotes. Comiencen mis sacerdotes a examinarse sobre su vida interior ¡cuánto
encontrarán que deben rehacer!
Rehacerse a si mismos para rehacer a los demás,
santificarse a sí mismos para santificar a los demás; menos lecturas inútiles y
nocivas, menos televisión, menos espectáculos; más meditación y oración, más
devoción a mi Madre y Madre vuestra también, más vida eucarística.
Hijo, por muchos de mis sacerdotes soy tratado como un
objeto, ni más ni menos que un objeto cualquiera. Sin embargo Yo, Jesús Verbo
Eterno de Dios, Dios como el Padre mío, estoy realmente presente en el Misterio
del Amor, en el Misterio de la Fe.
Si mis sacerdotes tiene el valor de poner la mano en el
arado para dar inicio a este saneamiento interior, Yo estaré con ellos. Yo
los ayudaré,los asistiré, los consolaré a fin de que no fallen en sus santos
propósitos y grande será también ayuda, la asistencia de mi Madre.
Desde aquí hijo mío,- dilo a tus hermanos
sacerdotes-desde aquí se necesita iniciar la gran reforma para purificar y
sobrenaturalizar mi iglesia en buena parte paganizada.
Para esto deberían mis sacerdotes encontrarse, para
elaborar en hermandad de intentos, los planes de defensa personal y social de mi
Iglesia.
No teman: Yo estaré en medio de ellos. Entonces si que
les haré conocer mis caminos y mis pensamientos. En estos mis caminos los
guiaré. Dilo hijo mío, sin miedo, sin temor, arroja tu pequeña semilla y reza
para que no caiga en terreno árido sino en terreno fértil y
fecundo.
Te bendigo. Ámame mucho.
CONFIDENCIAS DE JESÚS A UN SACERDOTE. (Monseñor Ottavio Michelini)
SOMBRAS QUE ENVUELVEN MI IGLESIA.
No es nuevo el asunto del que te hablaré. Ya otras veces
te he señalado las sombras que envuelven a Mi Iglesia.
Te he dicho sombras, esto quiere decir que son varias
pero todas tienen una única causa: "grandes crisis de fe".
La fe no es un producto del hombre, sino es un gran don
de Dios; es un fruto precioso de mi Redención que brota de mi Corazón abierto y
misericordioso.
Yo soy la vida de los hombres pero la vida es luz que
resplandece en las tinieblas y que las tinieblas no han acogido.
La vida, hablo de mi Vida divina, se la puede acrecentar,
desarrollar, se la puede apagar o debilitar a tal punto de privarla de toda
fuerza y energía.
Mi Cuerpo Místico está en crisis, está envuelto de
sombras oscuras, como la tierra cuando en el cielo se desencadena el temporal.
Mi Iglesia está en crisis porque sus miembros están sofocando en la mordaza del
materialismo, la Vida divina, la vida interior de la fe y con la fe, la
esperanza y la caridad.
Te he hablado de lámparas apagadas, de lámparas que se
apagan: son las almas de muchos sacerdotes míos y de muchísimos fieles en los
cuales ya no late, ya no vibra la vida divina de la Gracia.
¿Para qué sirve una luz apagada? ¿Y un cadáver? Se lo
entierra para evitar que de él se desprendan miasmas peligrosos e infecciones
mortales.
Cada cristiano y, con mayor razón, cada sacerdote deben
ser lámparas encendidas en el mundo envuelto en las tinieblas, para irradiar
luz, para dar testimonio de Mi, Verbo de Dios hecho Carne, Luz del
mundo.
COHERENCIA Y FIDELIDAD.
Para hacer esto, hace vivir la propia fe con coherencia y
fidelidad.
En los últimos años muchas veces mi Vicario ha elevado
con fuerza su voz iluminada. Sacerdotes y cristianos en gran numero no han
prestado oído a sus palabras, no rara vez hechas objeto de befa e
irrisión.
¿Cómo, hijo mío, no estar profundamente apenado por tanta
insensata e impenitente conducta? El materialismo, que desde hace decenios y
decenios se desfoga, alimentado por Satanás, ha contaminado a la humanidad; él
está apagando cada vez en más almas el don incomparable de la fe, de la
esperanza, de la caridad, de la vida interior y de la Gracia divina, sin la cual
ninguno puede salvarse.
Hay si, en mi Cuerpo Místico, brotes vigorosos.
Conocidos u ocultos a los ojos de muchos, serán los germenes fecundísimos de mi
Iglesia renacida. regenerada y purificada en este actual desierto, porque tal se
puede delinear hoy a mi Iglesia, donde abundan matorrales, cañas, espinas y
ramas secas, volviendo el camino tan difícil a los buenos.
Pero cuando el incendio, que ya bajo las cenizas incuba,
se inflame abrasará toda cosa, los numerosos retoños de vida recubrirán entonces
el terreno purificado de los frutos de la locura humana, del orgullo, de la
impureza y de toda otra abominación.
La tierra, como jardín exuberante y fecundo, dará asilo a
los hombres vueltos juiciosos y sabios, reconciliados con Dios en Mí y entre
ellos, y en el Amor vivirán en paz.
CONFIDENCIAS DE JESÚS A UN SACERDOTE. (Monseñor Ottavio Michelini)
LA EUCARISTÍA.
Hijo, estoy además presente en la Iglesia en el misterio
del Amor y de la Fe, quiero decir en el Misterio de la
Eucaristía.
Estoy verdaderamente presente en Cuerpo, Sangre, Alma y
Divinidad.
Esta presencia mía, si fuera creída, sentida y vivida en
toda la sublime maravillosa realidad divina, por todos mis sacerdotes, se
transformaría en tal fermento de purificación y vida sobrenatural, que se podría
transformar aún por solo mis sacerdotes, el rostro de la Iglesia y arrancar de
mi Corazón misericordioso gracias y hasta milagros insospechados., pero por
desgracia no son muchos los que creen firmemente.
La mayoría cree débilmente; no faltan los que en realidad
no creen en mi presencia eucarística. Con razón mi Vicario en la tierra ha
hablado repetidamente de crisis de fe, causa y origen de innumerables
males.
DONDE HAY SUFRIMIENTO
Hay una cuarta forma de presencia mía en la tierra: estoy
realmente presente en mis santos. Santos son aquellos que viven de mi Vida
divina. Estoy realmente presente en mis Santos que más tenazmente persiguen las
más audaces conquistas de todos las virtudes cristianas.
Estoy realmente presente en los que sufren; donde hay
sufrimiento ahí estoy Yo. En fin estoy presente en las almas víctimas, en ellas
encuentro mis complacencias, mis alegrías, ellas me recompensan abundantemente
por las ofensas, insultos, blasfemias y sacrilegios de los que no me
aman.
Ellas forman las delicias de mi Padre; las almas víctimas
son las que han mitigado, detenido la ira de mi Padre por tantas iniquidades de
esta generación perversa, que en lugar de apagar su sed en la fuente del Agua
viva y pura, se afana en apagarla en las pútridas y enfangadas aguas de los
pantanos llenos de miasmas.
Hijo mío, ámame mucho, sólo a Mí, con tu amor, con tú fe,
con tu ofrecimiento. Te bendigo y contigo bendigo a las personas por quienes
rezas diariamente.
BASTARÍA UNA MIRADA
Hijo, ¿Para qué sirven gloria, estima, riqueza y salud,
prosperidad, ingenio y cultura si luego al final se pierde el
alma?
Estas palabras fueron motivo para muchas almas de buena
voluntad, de una radical regeneración espiritual o conversión.
Una seria y ponderada reflexión a esta invitación mía,
puede llevar a las almas a la conquista de virtudes heroicas, a lograr la
perfección y santidad.
Una seria meditación sobre esta advertencia mía ha
llevado y puede llevar a muchas almas a descubrir aquella perla preciosa de la
que Yo hablo en la parábola, por la que bien vale la pena cortar netamente con
el pecado, a través de un resuelto desapego de los falaces bienes y afectos de
este mundo. Y seguirme en el camino del Calvario, a cambio de una inmarcesible
corona de gloria eterna en la Casa de mi Padre.
Hijo, el alma en pecado es como la piedra que, de lo
alto, en virtud de la ley natural de la gravedad, se precipita hacia el fondo,
aumentando en su caída de peso y de velocidad.
El alma en pecado se precipita hacia el fondo, aumentando
en su caída el peso de sus culpas,de sus pasiones. ¿Qué ley natural puede
detener e invertir una piedra cayendo de lo alto hacia abajo? ¿Qué ley natural
puede invertir la bajada hacia abajo en ascenso hacia lo alto? Ninguna ley
natural puede hacer este milagro. Solamente una ley de orden superior lo podría
hacer.
Sólo Yo soy la ley sobrenatural, esto es la Fuerza divina
que puede detener al pecador en su ruinosa bajada hacia el precipicio e invertir
su rumbo de descenso en subida, hacia lo alto, hacia la Vida.
Esto es lo que mas ardientemente deseo hacer con todos
los pecadores, pero en particular con mis sacerdotes arrollados por el maligno,
por la concupiscencia del espíritu y de los sentidos. Bastaría una mirada suya
hacia Mi crucificado, una invocación suya a mi Corazón misericordioso, y que
según el ejemplo de Pedro, me dijeran: "¡Sálvame, Señor, porque me ahogo entre
las olas!"
¡Oh, hijo mío, cómo sería solícito en alargarles mi mano,
para traerlos a salvo!
YO AMO A LAS ALMAS
¿Te das cuenta de la trágica situación de muchos
sacerdotes míos que están caminando a grandes pasos hacia la condenación eterna
de su alma? ¿Puede haber sobre la tierra tragedia mas grande, más horrible que
ésta?
¿Puede haber engaño más diabólico que el que se ha
difundido en nuestros tiempos, por pseudo-maestros afirmando que el infierno no
existe y que la Misericordia divina no podría permitir jamás la condenación
eterna de un alma? Estos propaladores de heregías y errores quisieran anulada
la Justicia divina, mientras deberían saber que en Mi, MISERICORDIA Y JUSTICIA
SON INDIVISIBLES, porque en Mí son la misma única cosa.
Hijo mío, Yo soy la luz que ha venido a este mundo. La
luz resplandece en las tinieblas, pero las tinieblas no la han
acogido.
Yo amo a las almas. Quiero la salvación de las almas;
para esto he venido, pero tengo necesidad de vosotros, de vuestra
colaboración.
Vosotros sois mis miembros, y todos los miembros tiende
al mismo único fin.
Yo tengo necesidad de vosotros, para que se cumpla en su
plenitud el Misterio de la salvación. Según mi ejemplo, según el ejemplo de mi
Madre Santísima, de los mártires, de los santos, debéis abrazar generosamente
vuestra cruz y seguirme. Si la cruz os parece pesada, vosotros sabéis que Yo
estoy en vosotros para aliviar el peso.
Hijo, te he dicho y te lo repito: éste es un deber de
justicia y de caridad; nadie se puede sustraer de él, mucho menos mis
ministros.
No temas, estoy Yo para conducirte. Ve hacia adelante, no
retrocedas y no te preocupes. Han rechazado mi Evangelio, han distorsionado mi
verdad, no han creído a las almas víctimas, a las que he hablado. En sus
palabras he puesto el sello de mi gracia; han resistido a todo.
HE DICTADO A MARÍA VALTORTA, alma víctima, una obra
maravillosa. YO SOY EL AUTOR DE ESTA OBRA. Tú mismo te has dado cuenta de las
RABIOSAS REACCIONES DE SATANÁS..
Tú has comprobado la resistencia que muchos sacerdotes
oponen a esta obra que si fuera, no digo leída, sino ESTUDIADA Y MEDITADA
llevaría un bien grandísimo a muchas almas. Ella es fuente de seria y sólida
cultura.
Pero frente a esta obra, a la que está reservado un gran
éxito en la Iglesia renovada, se prefiere la basura de tantas revistas y de
libros de presuntuosos teólogos.
Te bendigo como siempre. Ámame mucho.
UN HABITO APROPIADO. Confidencias de Jesús a un Sacerdote. (Monseñor Ottavio Michelini).
UN HABITO APROPIADO.
De
lo alto han sido impartidas disposiciones con relación al hábito sacerdotal. Mis
sacerdotes, viviendo en el mundo han sido segregados del mundo. Quiero a mis
sacerdotes distintos de los laicos, no sólo por un tenor de vida espiritual más
perfecta, sino también exteriormente deben distinguirse con su hábito propio.
¡Cuántos escándalos, cuántos abusos y cuántas ocasiones más de pecado y cuántos
pecados más! ¡Qué inadmisible condescendencia por parte de los que tienen el
poder de legislar! Y junto con el poder, tienen también el deber de hacer
respetar sus leyes. ¿Porqué no se hace? Lo sé: las molestias no serian pocas.
Pero Yo no he prometido jamás a nadie una vida fácil, cómoda, exenta de
disgustos. Quizá teman reacciones contraproducentes. No, el relajamiento provoca
un mayor relajamiento. Funcionarios estatales, de empresas, de entes militares
visten su uniforme. Muchos sacerdotes míos se avergüenzan, contraviniendo
las disposiciones, compitiendo en coquetería con los mundanos. ¿Como, hijo,
puedo no dolerme amorosamente? Quien no es fiel en lo poco, tampoco lo es en lo
mucho. ¿Que decir, luego, del modo en que se administran mis Sacramentos por
tantos de mis sacerdotes? Se va al confesionario en mangas de camisa, y no
siempre con la camisa, sin estola. Si se debe hacer una visita a una familia de
respeto, se ponen la chaqueta, pero la de Dios es mucho más que cualquier
familia de respeto. También está prescrito vestido talar para el ejercicio del
propio ministerio: asistencia a los enfermos, enseñanza en las escuelas, visitas
a los hospitales, celebración de la Santa Misa, administración de los
Sacramentos. ¿Quién se pone ahora el vestido talar para todo esto? Esto, hijo
mio, es indisciplina que roza en ala anarquía. ¿Que decirte de tantos sacerdotes
míos que no tienen tiempo de rezar, atosigados como están en tantas actividades
inútiles, aunque aparentemente santas? Actividades inútiles porque les falta su
alma, porque las falta mi presencia. Donde Yo no estoy no hay fecundidad
espiritual. Pero cuántos sacerdotes tienen tiempo para ir a ver películas
inmorales y pornográficas, con el pretexto de que se necesita conocer para
juzgar. Esta justificación es satánica. Los santos sacerdotes, que jamás se
permitirían tales inmoralidades, no serían hábiles para orientar y aconsejar a
las almas...
SOMBRAS DE MI CUERPO MÍSTICO. Confidencias de Jesús a un Sacerdote (Monseñor Ottavio Michelini)
SOMBRAS DE MI CUERPO MÍSTICO.
Hijo, todos los miembros de un cuerpo
tienden armoniosamente a un único fin,la conservación y el crecimiento del mismo
cuerpo. Así en mi Cuerpo Místico, todos los mienbros deberían tender
razonablemente al supremo bien del Cuerpo Místico, que es la salvación de todos
los miembros de los que esta formado. El hecho de que estos miembros sean libres
e inteligentes, capaces de discernir y de querer el bien o el mal, constituye
una razón más para que todos tiendan al bien común.
Sin embargo no es así.
Seducidos y engañados muchos miembros,
rompiendo la armonía del Cuerpo del que forman parte, persiguen el mal tenaz
mente, dañando no sólo a si mismos, sino a todos los otros miembros del
cuerpo.
Si además, estos miembros son sacerdotes, ellos
destruyen la armoniosa cohesión con un daño incalculable para si mismos y para
comunidad cristiana entera.
En mi iglesia todos los sacerdotes deben tender
esforzadamente al bien común de todas las almas, para esto han sido llamados,
sin ninguna excepción.
No hay en Mi Iglesia distinción de fines: La
finalidad es una sola para todos los miembros, de modo muy particular para mis
sacerdotes: salvar almas, salvar almas, salvar almas.
El último sacerdote, (último en la forma
vuestra de decir, porque podría ser el primero, como el Santo cura de Ars,
último y primero), digo el último sacerdote que gasta su vida en el ofrecimiento
de si mismo en el Santo Sacrificio de la Misa en comunión Conmigo delante de mi
Padre, es hasta más grande que muchos dignatarios que no siempre lo hacen.
En mi Cuerpo Místico hay muchos miembros
terriblemente enfermos de presunción, de soberbia, de lujuria.
En mi Cuerpo Místico hay muchos sacerdotes
obreros, más preocupados por el lucro que por la salvación de las almas.
Hay muchos sacerdotes orgullosos de su "saber
hacer", es decir de su astucia. Olvidando que a menudo,aunque no siempre, el
arte del saber hacer es el arte del mentir: esta es la perfidia o la astucia de
Satanás.
Vuestro lenguaje sea simple y sincero: si es
si,si; si es no, no: la verdad es caridad.
CONFIDENCIAS DE JESÚS A UN SACERDOTE. (Monseñor Ottavio Michelini)
ESENCIAL Y URGENTE REVISIÓN.
Hijo todo comandante de estado mayor reúne periódicamente
en torno a su mesa de trabajo a sus ayudantes. Con ellos revisa los diferentes
planes de defensa y también de ataque; se da quehacer para que sus planes estén
siempre bien estudiados, preparados según el sucederse las relaciones de los
varios pueblos circunvecinos, para que estén listos para toda coyuntura. Así
hacen los hombres que tienen responsabilidades sociales.
También en mi Iglesia y en mis Iglesias se debería haber
hecho otro tanto con el mismo diligente y solícito esmero. En mi Iglesia hay un
inmenso ejército de confirmados que debe ser adiestrado para la lucha contra los
enemigos del alma: LOS DEMONIOS, LAS PASIONES Y EL MUNDO.
Toca a la Jerarquía, a los varios estados mayores de las
Iglesias locales, organizar y conducir esta gigantesca batalla que se combate
desde la creación del hombre y continuará sin interrupciones hasta el fin de los
tiempos.
Ya he dicho que los hombres, ya sea tomados particular o
socialmente, son objeto y víctima de esta lucha contra las oscuras y tenebrosas
potencias infernales, para las que TODA INSIDIA Y SEDUCCIÓN SON BUENAS CON TAL
QUE SE PIERDAN LAS ALMAS.
Ya no se presta fe a esto por parte de muchos. Al no
creer, no se valoran las fuerzas ni las posibilidades del Enemigo por lo que
resulta imposible conducir una guerra bien organizada, si de ella no están
convencidos ni sobre el plano individual ni sobre el plano social.
Es laudable la diligencia con el que algunos estados
mayores preparan sus planes, convencidos de estar cumpliendo un deber. Es
deplorable por el contrario la inercia de parte de estados mayores de otras
Iglesias locales, que no saben ni preparar, ni ejecutar sus planes de defensa ni
de ataque contra todas las fueras del Mal.
HASTA DEMASIADAS COSAS.
Se hacen si muchas cosas: a veces hasta demasiadas cosas,
que sirven bien poco para el fin, que es el de desbaratar las fuerzas del
Maligno.
Los enemigos de la Iglesia del bien y de la verdad se han
hecho atrevidos y prepotentes; avanzan cada vez más y se hacen cada vez más
insolentes, llegando a subvertir las leyes divinas y naturales ¿Por qué, hijo
Mío?
Muchas responsabilidades pesan sobre mi Iglesia por los
muchos males que la afligen, a la base de los cuales está LA CRISIS DE FE, LA
CRISIS DE VIDA INTERIOR.
No raramente se ha llegado a ser cómplices de los
enemigos de Dios y de la Iglesia. DEBILIDAD, MORBOSO AMOR AL PRESTIGIO, FALTA
DE UNIDAD, VERDADERA Y PROPIA ANARQUÍA. Ha sido desfigurada la fisonomía de
los hijos de Dios y de los ministros de Dios.
¡Es tiempo de despertar! Es tiempo de poner la segur a la
raíz. Quiero decir que es tiempo de responder a mi insistente invitación a una
VERDADERA CONVERSIÓN, ANTES QUE SEA DEMASIADO TARDE.
Es tiempo de que los diferentes estados mayores de mis
Iglesias cesen de perder tiempo en cosas o iniciativas inútiles. TIENEN EL YERRO
DE NO IR A LAS RAÍCES DE LOS MALES.
CONFIDENCIAS DE JESÚS A UN SACERDOTE. Monseñor Ottavio Michelini.
JUECES DE LAS CONCIENCIAS
Eso lo saben ellos y lo saben también
muchos confesores que continúan absolviendo todo y a todos. Por la mañana Santa
Comunión, que al fin no es santa, por la tarde se frecuentan bailes, lugares y
encuentros en los que la exaltacion de la sensualidad es ley.
Los adúlteros se confiesan ya con la
seguridad de que no faltará el sacerdote siempre pronto a absolverles. Se han
olvidado las palabras claras y precisas "NOLITE PONERE MARGARITAS ANTE PORCOS".
Se ha olvidado que los Sacramentos son los frutos preciosos de mi Redención. Se
han olvidado las palabras con las que Yo, Salvador y Liberador, he conferido a
mis Apóstoles y a sus Sucesores el poder de perdonar o retener los
pecados.
Se han olvidado muchos sacerdotes de
que han sido constituidos jueces de las conciencias. Y es función del juez, en
el ejercicio de su profesión, el indagar sobre los delitos, sobre la entidad de
los delitos.
La facilonería con que se absuelve
siempre todo y a todos no responde al designio de mi Misericordia sino a un plan
de Satanás. Transformar los medios de salvación en medios de condenación, y
desacreditar el valor infinito de la Gracia y de los medios por Mí queridos para
distribuirla.
Te he hablado de Misas sacrílegas,
ahora te digo que a las Misas puedes añadir las Confesiones sacrílegas, a veces
doblemente sacrílegas. De las Comuniones sacrílegas he aquí, hijo, dónde están
las raíces. Este laxismo que vuelve indiferenciable lo lícito de lo ilícito, el
bien del mal, ¿donde tiene sus raíces? He aquí por qué urge la revisión sin
vacilaciones.
Las consecuencias son por sí mismas
comprensibles. Para muchos sacerdotes el sexto y el noveno Mandamiento no
tienen ya razón de ser. Esto es suma soberbia, esto es quererse sustituir a
Dios, esto es no creer en Dios, esto es no creer en la Omnipotencia, Omniscencia
y Omnipresencia de Dios.
Satanás a continuación induce a
sacerdotes a que repitan su pecado de soberbia y de desobediencia. Él ha
encontrado aliados fieles en mi Iglesia, induciéndoles a hacerse colaboradores
suyos en la obra de desmantelamiento. Pero Satanás y estos sus colaboradores
¿ignoran tal vez mis palabras que no cambian: "YO ESTARÉ CON VOSOTROS HASTA LA
CONSUMACIÓN DE LOS TIEMPOS Y LAS PUERTAS DEL INFIERNO NO
PREVALECERÁN"?
¡MI IGLESIA SERÁ PURIFICADA, SERÁ
LIBERADA MI IGLESIA!
Lo exige mi amor por ella, lo exige la
justicia, lo exige mi Misericordia. De esto no se tiene la apropiada
visión.
CONFIDENCIAS DE JESÚS A UN SACERDOTE. Monseñor Ottavio Michelini.
YA NADA ES
PECADO
DESESPERADA MALDAD
Muchas cosas, hijo mío, voluntariamente las
repito para imprimir mejor en el alma de mis sacerdotes este punto focal de la
pastoral actual. Sí, se absuelve todo y a todos sin ninguna discriminación.Para
muchos sacerdotes es además tan fácil absolver, porque ya nada es
pecado...
La pureza ya no es una virtud; la paternidad responsable, que justamente entendida es cosa buena, se ha vuelto motivo de todas las licencias en las relaciones matrimoniales.
Bajo el pretexto de favorecer la cultura se autorizan las lecturas más perjudiciales en las que los gérmenes de la lujuria y de los errores filosóficos y teológicos se arrojan sin parsimonia.
Hoy todo está basado en el fraude, en el hurto; la justicia exige que el confesor se asegure del serio, eficaz propósito de restituir lo quitado. Muchísimas veces, ni siquiera se advierte al penitente de este estricto deber.
En nombre del progreso, para convencer al penitente que el confesor es hombre moderno a la altura de los tiempos se cierran ambos los dos ojos.
Estas cosas se pasan por alto por quien tiene la responsabilidad de combatir el mal desde sus raíces, siempre, en todas partes y sin descanso para no ser superados (como en verdad lo seréis) en esta oscura y tremenda hora que estáis a punto de vivir.
Te bendigo y Conmigo te bendicen la Madre y San José.
La pureza ya no es una virtud; la paternidad responsable, que justamente entendida es cosa buena, se ha vuelto motivo de todas las licencias en las relaciones matrimoniales.
Bajo el pretexto de favorecer la cultura se autorizan las lecturas más perjudiciales en las que los gérmenes de la lujuria y de los errores filosóficos y teológicos se arrojan sin parsimonia.
Hoy todo está basado en el fraude, en el hurto; la justicia exige que el confesor se asegure del serio, eficaz propósito de restituir lo quitado. Muchísimas veces, ni siquiera se advierte al penitente de este estricto deber.
En nombre del progreso, para convencer al penitente que el confesor es hombre moderno a la altura de los tiempos se cierran ambos los dos ojos.
Estas cosas se pasan por alto por quien tiene la responsabilidad de combatir el mal desde sus raíces, siempre, en todas partes y sin descanso para no ser superados (como en verdad lo seréis) en esta oscura y tremenda hora que estáis a punto de vivir.
Te bendigo y Conmigo te bendicen la Madre y San José.
DESESPERADA MALDAD
Hijo mío, no es nuevo el asunto del que te
hablaré esta tarde. Te he hablado de él varias veces en precedentes Mensajes. Se
trata de la lucha que Satanás ha desatado contra el hombre. Al no poder afrontar
directamente a Dios, lo combate indirectamente descargando su desesperada maldad
(hecha de odio, envidia y celos) sobre el hombre destinado a colmar los vacíos
abiertos con su rebelión a Dios.
Satanás es llamado príncipe de las tinieblas porque su fundamental intento es el de oscurecer y ensombrecer la luz de Dios en las almas.
Dios es Luz, Satanás es Tinieblas. Dios es Amor, Satanás es Odio. Dios es Humildad, Satanás es Soberbia.La guerra declarada por Satanás al hombre en odio a Dios ha asumido proporciones tan vastas y grandiosas en su horrible realidad que no tiene comparación en la historia humana. La guerra, en general, está formada por una cadena de batallas. Esta batalla, de una guerra que continuará hasta el fin de los tiempos, es la más grande y pavorosa. Su epílogo no está lejano, sucederá por la directa intervención de la Madre mía y vuestra.
Ella aplastará de nuevo la cabeza de la Serpiente. Ella, la humilde Sierva del Señor, por su humildad ha vencido la soberbia y el orgullo, y definitivamente lo vencerá al fin de los tiempos.
Satanás es tinieblas y por tanto no ve. Su desesperado orgullo se lo impide. Sin embargo teme la derrota de esta batalla, que para él será motivo de vergonzoso envilecimiento, mientras para mi Iglesia purificada será motivo de un largo período de paz y así también lo será para los pueblos nuevamente sanados de los muchos males de los que hoy sufren.
Por esto Satanás ha empeñado todas sus posibilidades y las de sus legiones. Todas las astucias, todas las insidias de su naturaleza corrompida pero rica en innumerables dones de potencia, de inteligencia y de voluntad, son usadas en su loca tentativa, nacida y madurada en él a partir del momento de su rebelión a Dios.
Destruirme a Mí, el Cristo, el Verbo de Dios hecho Carne, y la Iglesia salida de mi Corazón abierto son la meta desesperadamente anhelada, y tenazmente perseguida.
Satanás es llamado príncipe de las tinieblas porque su fundamental intento es el de oscurecer y ensombrecer la luz de Dios en las almas.
Dios es Luz, Satanás es Tinieblas. Dios es Amor, Satanás es Odio. Dios es Humildad, Satanás es Soberbia.La guerra declarada por Satanás al hombre en odio a Dios ha asumido proporciones tan vastas y grandiosas en su horrible realidad que no tiene comparación en la historia humana. La guerra, en general, está formada por una cadena de batallas. Esta batalla, de una guerra que continuará hasta el fin de los tiempos, es la más grande y pavorosa. Su epílogo no está lejano, sucederá por la directa intervención de la Madre mía y vuestra.
Ella aplastará de nuevo la cabeza de la Serpiente. Ella, la humilde Sierva del Señor, por su humildad ha vencido la soberbia y el orgullo, y definitivamente lo vencerá al fin de los tiempos.
Satanás es tinieblas y por tanto no ve. Su desesperado orgullo se lo impide. Sin embargo teme la derrota de esta batalla, que para él será motivo de vergonzoso envilecimiento, mientras para mi Iglesia purificada será motivo de un largo período de paz y así también lo será para los pueblos nuevamente sanados de los muchos males de los que hoy sufren.
Por esto Satanás ha empeñado todas sus posibilidades y las de sus legiones. Todas las astucias, todas las insidias de su naturaleza corrompida pero rica en innumerables dones de potencia, de inteligencia y de voluntad, son usadas en su loca tentativa, nacida y madurada en él a partir del momento de su rebelión a Dios.
Destruirme a Mí, el Cristo, el Verbo de Dios hecho Carne, y la Iglesia salida de mi Corazón abierto son la meta desesperadamente anhelada, y tenazmente perseguida.
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